Crónicas

Mercan cariños para los difuntos

 

Villa de Zaachila, Oax.- En el camino que da acceso a esta comunidad zapoteca, una alfombra amarilla se forma de manera natural a la orilla de la carretera, la fragancia que desprende la ‘Flor de Muerto’ no sólo atraerá el alma de cada difunto que regresa a este mundo, sino también jalará a los vivos que buscan llegar a la ‘Plaza de Muertos’.

Al entrar al centro de Zaachila, justo a un costado del templo, el olor a chocolate recién hecho proviene de uno de los molinos que hay en el pueblo. Al interior, las mujeres platican y discuten el precio del cacao, mientras la tendera despacha azúcar con el cucharon, para luego pesar un kilo.

La fila de tinas de metal que contienen diversas moliendas, esperan el turno para el proceso que dejarán lista la masa para entablillar el chocolate o producir la pasta del mole negro.

Luego en el camino cambia el aroma, sobre todo al llegar a la calle Primero de Enero, donde el tradicional ‘Pan adornado’ de Zaachila protagoniza entre su peculiar sabor de anís y el colorido de sus flores de almidón, una vendimia donde compradores de pueblos cercanos y de la ciudad de Oaxaca se aglutinan en los puestos como abejas al panal.

Verdaderas obras de arte comestibles, que nada le piden a los cuadros de algún famoso pintor, llaman la atención por sus formas florales de alcatraces, rosas y nochebuenas; desde 4 hasta 120 pesos varía el precio, según el tamaño de los panes que se acomodan en tablas, cajas y canastos.

Érika ofrece la prueba del ‘Pan adornado’, y nos platica que este año le llevó cuatro días preparar este manjar, pero recuerda que en años anteriores, “cuando la venta era abundante”, tardaban hasta ocho días en preparar los panes que venderían en la `Plaza de Muertos’, que cada año comienza el día 30 de octubre y culmina el 1 de noviembre.

“Ande patrona, llévelo, éste no tiene pintura es natural”, dice otra panadera a unas mujeres indígenas, quienes por su singular indumentaria denotan que provienen del distrito de Tlacolula, las compradoras aseguran que por el peculiar sabor del pan es que viajan hasta Zaachila, donde eligen cuidadosamente las piezas que llevarán a casa para poner su altar.

Los compradores se dispersan en la vendimia, otros más entran al mercado, lugar que ofrece una cantidad impresionante de productos. En una de las puertas, los dulces en forma de animalitos y ángeles ocupan un par de mesas, junto a las ollas que conservan fresca la pasta del mole negro o rojo.

Al caminar entre los puestos, las nueces se venden por ciento, fruto característico de Zaachila que varias mujeres expenden. Muy cerca de ahí, los puestos de velas llaman la atención por el metálico adorno que se enrosca en las candelas que varían de precio, tamaño y uso. Las hay de parafina y de cera virgen, unas son especiales para la ofrenda de ‘Muertos’ y otras son para cumplir alguna promesa a un santo.

Las personas que acuden en busca de la fruta con rama, que en los pueblos del Valle de Oaxaca los creyentes colocan en el arco de flores para coronar los altares, se dirigen a la orilla del parque. En este sitio los pobladores de Santa Inés del Monte llegan con sus canastos de anona, pera, manzana, tejocotes y limas, todas estas frutas pegadas al tallo.

Después de un trayecto de casi una hora de camino para llegar a Zaachila, estos comerciantes ahora esquivan la luz solar, mientras ofrecen a bajo precio su cosecha, en busca de unas monedas que los ayuden a afrontar una costumbre que brota y se mantiene por ellos, por quienes menos tienen.

La ‘Plaza de Muertos’ de Zaachila se pinta de amarillo, entre las flores de cempasúchil que se recargan en los petates colocados en el piso,  este camino conduce a los asistentes a una identidad todavía intensa y al disfrute que el paladar agradece. La venta esta floja pero no decaen los rostros esperanzados de los vendedores, que desde ayer llegaron en busca de unos pesos, del trueque o de un milagro.

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José Luis Pérez Cruz

José Luis Pérez Cruz

El periodista y gestor cultural, José Luis Pérez Cruz, nació en el corazón de la ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca.

Es Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, egresado del Instituto de Estudios Superiores de Oaxaca. Cuenta con estudios en periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.

La crónica es el género periodístico donde se ha especializado, mismo que ha compartido en las páginas del periódico El Imparcial de Oaxaca, donde ha sido editor de las secciones Arte y Cultura y Capital y Regiones.

Ha sido catedrático de periodismo en la Universidad Mesoamericana y la Universidad Vasconcelos en la ciudad de Oaxaca.

Ha sido Coordinador de Comunicación de diferentes encuentros internacionales, donde destaca “Instrumenta Oaxaca”, durante 10 años. Festival de Órgano y Música Antigua Oaxaca, desde el año 2011. Y el Coloquio de Producción de Arte Contemporáneo.

Conductor y productor del programa radiofónico y la agencia de información Santa Cultura, que se transmite por internet a través del portal santacultura.mx

También lo escuchamos como comentarista de Cultura en el programa Tu Mundo de Radio Fórmula Oaxaca. Y ha sido conductor de diversos programas de cultura en MVM Televisión.

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